miércoles, 5 de agosto de 2009

¿YECQSC? Hoy: Anacoluto

Damos por inaugurada la sección ¿Y esto con qué se come? presentando términos interesantes de la lengua española. Hoy le toca al anacoluto:
anacoluto.
(Del griego, inconsecuente).
1. m. Gramática. Inconsecuencia en la construcción del discurso.
Real Academia Española - Primera edición (octubre 2005)

En términos más amistosos, un anacoluto es un cambio repentino en la construcción de la frase, de modo tal que pareciera que se ha cambiado el autor en medio de la misma. Frecuentemente es ocasionado por la mera distracción, y mis fuentes acusan que en el habla cotidiana (repasen mentalmente, si no me creen) es más que común.
Indagando un poco más encontré algunos ejemplos de este curioso recurso literario (sí, sí... literario. Dénme unos momentos y lo demostraré). Veamos:
  • Yo mismo me encargaré yo mismo de levantar las tropas en su contra.
  • La poesía es tan como lo pensamos nuestros corazones.
  • ¿Y su padre de usted no tendré el gusto de verle antes de marcharme? (Jacinto Benavente, La farándula) [¿vieron? ¡Era literario, nomás!]
Mezclados entre esos ejemplos, tenemos casos de lo que se conoce como anantapodotón (la supresión de parte de la frase) y anapodotón (la repetición de parte de una frase). De todos modos, ya son demasiadas palabras nuevas para el día de hoy.

Y a ustedes... ¿se les escapan anacolutos a tontas y a locas?

viernes, 31 de julio de 2009

Pequeñas dudas: ¿cuándo aun lleva tilde?

Esta sutileza gramatical me ha confundido varias veces y me sigue confundiendo hasta el día de hoy (por eso escribo esta entrada). En mis épocas más ingenuas (no es que no lo siga siendo), creía que aún siempre se escribía con tilde. Cuando descubría algún aun perdido, escrito sin tilde, consideraba que se debía a un error de imprenta o un error ortográfico. El uso de aún es mucho más frecuente que el de aun en el idioma español contemporáneo. Esto no significa que la forma aun haya desaparecido y es más que correcto utilizarla cuando se debe.

Veamos que nos dice la Real Academia Española:

aun.

ORTOGR. Escr. con acento cuando pueda sustituirse por todavía. Aún ('todavía') está enfermo. En los demás casos, se escribirá sin tilde. Te daré 100 duros, y aun ('hasta') 200, si los necesitas. No tengo yo tanto, ni aun ('ni siquiera') la mitad.

Parece sencillo. Aún lleva tilde cuando es sustituible por todavía y aun no lleva tilde cuando es sustituible por hasta, inclusive, incluso, (ni) siquiera, también. Pero la regla se complica cuando se quiere usar aun como una locución conjuntiva. Por ejemplo: aun cuando. En este caso, la regla anterior no es tan clara. En este interesante artículo de la Hispanoteca establecen como regla que aun no lleva tilde tanto en la locución conjuntiva aun cuando, como si va seguida de un adverbio o de un gerundio. En la página se dan varios ejemplos interesantes.

También es muy interesante esta entrada del Centro Virtual Cervantes, que explica que la forma aun es un monosílabo y en cambio aún (con acento) se trata de un bisílabo, que lleva tilde para marcar el hiato y por ser una palabra aguda que termina en -n.

De todas formas, a pesar de estas cómodas reglas prácticas para el bolsillo de la dama o el caballero, el dilema sobre escribir aun con acento gráfico o sin él sigue estando. Basta con consultar los variados foros de gramática para darse cuenta de que esta duda sigue aquejando a muchos seres mortales. Quizás éste sea un nuevo argumento a favor del polémico discurso del premio Nóbel de Literatura Gabriel García Márquez, Botella al mar para el dios de las palabras, donde sin pelos en la lengua dice:

¿Cuántas veces no hemos probado nosotros mismos un café que sabe a ventana, un pan que sabe a rincón, una cerveza que sabe a beso? Son pruebas al canto de la inteligencia de una lengua que desde hace tiempo no cabe en su pellejo. Pero nuestra contribución no debería ser la de meterla en cintura, sino al contrario, liberarla de sus fierros normativos para que entre en el siglo venturo como Pedro por su casa. En ese sentido me atrevería a sugerir ante esta sabia audiencia que simplifiquemos la gramática antes de que la gramática termine por simplificarnos a nosotros. Humanicemos sus leyes, aprendamos de las lenguas indígenas a las que tanto debemos lo mucho que tienen todavía para enseñarnos y enriquecernos, asimilemos pronto y bien los neologismos técnicos y científicos antes de que se nos infiltren sin digerir, negociemos de buen corazón con los gerundios bárbaros, los qués endémicos, el dequeísmo parasitario, y devuélvamos al subjuntivo presente el esplendor de sus esdrújulas: váyamos en vez de vayamos, cántemos en vez de cantemos, o el armonioso muéramos en vez del siniestro muramos. Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revólver con revolver. ¿Y qué de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una?

Para terminar con la entrada (que ya se ha extendido más de lo que debía), quiero aclarar que estoy parcialmente de acuerdo con García Márquez. Los errores ortográficos y gramaticales pueden quedar maravillosos en un escrito de un premio Nobel de Literatura, que sabe cuándo cometerlos para transmitir una sensación diferente. Sin embargo, las reglas deben romperse sólo cuando se conocen con intimidad y los errores cometidos sin conciencia no son licencias poéticas, sino errores a secas.

martes, 28 de julio de 2009

El latín que aún usamos: curriculum vitae

Todos estamos familiarizados con el término, sabemos a qué se refiere, y de hecho en estos tiempos de crisis todos lo tenemos preparado y al día: nuestro currículum vitae.
Veamos cómo lo define la RAE:

currículum vítae.
(Locución latina; literalmente, 'carrera de la vida').
1. m. Relación de los títulos, honores, cargos, trabajos realizados, datos biográficos, etc., que califican a una persona.
Diccionario panhispánico de dudas - Primera edición (octubre 2005)

Googleando(*) un poco encontré que también se lo solía llamar Curriculum vitæ et studiorum, que literalmente significa "carrera de la vida y de los estudios", pero como toda expresión de extensión considerable resultó resumida simplemente en sus dos primeras palabras. De hecho, en la jerga diaria el término se reduce aún más quedando simplemente la palabra currículum para definir a ese documento que presentamos al querer postularnos para un trabajo.

Quiero agregar algo de valor a esta simple definición, y es un error en el que habitualmente incurría: solía llamar "currículo" al currículum. Pensaba que era la traducción del latinismo y que era correcto decirlo así, pero buscando un poco en la RAE encontré que un currículo es un plan de estudios, y no me estaba refiriendo a lo que yo pensaba.

Y una nota más sobre la acentuación de esta palabra: según la Wikilengua, hay tres posibles acentuaciones de la palabra. Veamos:
  • currículum vítae, según las normas ortográficas actuales
  • currículum, según la adaptación del vocablo a la lengua española
  • curriculum vitae, para respetar la locución latina original
Es bueno tener presentes las tres posibles acentuaciones y grafías, dado que es una palabra que se está volviendo bastante popular en estos tiempos.

(*) Ya dedicaremos una entrada completa a este tipo de neologismos.

jueves, 2 de julio de 2009

La lengua viciosa: disentir

Me encontraba en clase y comenzó a tejerse una discusión sobre metodologías de desarrollo de software. El docente defendiendo el proceso unificado, un alumno defendiendo las metodologías ágiles. El dato es anecdótico, pero se escuchó:

- Creo que la cantidad de documentación generada por el proceso unificado sólo sirve para mostrarle al cliente que algo se está haciendo, más allá de lo que ésto sea.
- Bueno, caballero -dijo el profesor-, me temo que disiento con usted. Resulta que esa documentación sirve para (...)

El resto de la conversación no tiene importancia. La situación en sí no tiene importancia, pero fue el disparador para que me ponga a buscar qué tan correcta había sido la frase dado que no pocas veces me encontré diciendo análogas palabras. Y resultó que:

disentir.
(Del lat. dissentīre).

1. verbo intransitivo. No ajustarse al sentir o parecer de alguien. Disiento de tu opinión.
Real Academia Española - Primera edición (octubre 2005)

Nótese la palabra destacada en la frase del ejemplo.
No conforme con el diccionario, busqué en un librito al cual le tengo una gran estima:

Corrección del mal uso de algunas preposiciones

Uso incorrecto:
Disiento con usted

Uso correcto:
Disiento de usted
Lengua y habla. Menghi, Pescetto, Spinelli. Decimoquinta edición (marzo 1985)

Confirmado entonces, el correcto uso del verbo disentir incluye la preposición de y no debería emplearse la preposición con.

miércoles, 1 de julio de 2009

Pequeñas dudas: ¿a bordo o abordo?

La pregunta que da inicio a esta entrada es tan simple como confusa. Surgió mientras escribía uno de mis empalagosos relatos de ciencia-ficción. ¿Los tripulantes estaban a bordo de la nave o abordo?

Es una pregunta fácil de responder cuando se entiende que si se escribe junto hacemos referencia al verbo abordar en primera persona (yo abordo) y, de lo contrario, estamos expresando una locución adverbial:

bordo - a ~. 1. loc. adv. En una embarcación y, por ext., en otros vehículos. Comer a bordo.
Real Academia Española - Primera edición (octubre 2005)

Por eso, no es lo mismo abordar una nave que permanecer a bordo de la misma. Sin embargo, a la hora de volcar el lenguaje coloquial en lenguaje escrito, puede plantear dudas.

martes, 30 de junio de 2009

El latín que aún usamos: sine qua non

Recuerdo que durante mucho tiempo yo escuchaba decir por ahí la frase sin equa non. Que sin equa non esto, que sin equa non aquello. Un tiempo después (no puedo recordar cuándo exactamente) deduje el significado que me pareció más apropiado: significaba que algo no podía ser sin eso... que se lo tomaba como requisito. Y hasta le dí una preciosa traducción del latín (a mi manera, por supuesto):

sin equa non: sin igual, no

Claro está que a los efectos de entenderme con la gente esto servía perfectamente. Incluso podía emplear la frase en el contexto adecuado, y al pronunciarla rápido nadie notaba la pequeña diferencia sintáctica. Sin embargo, hace poco descubrí que no era todo tal cual había descubierto en su momento. El impacto fue rápido: vi la frase escrita.
La nueva grafía no permitía el significado que yo mismo le había asignado... por lo que esta vez tuve que investigar:

conditio sine qua non o condicio sine qua non es una locución latina originalmente utilizada como término legal para decir "condición sin la cual no". Se refiere a una acción, condición, o ingrediente imprescindible y esencial.
(...)
Es frecuentemente aplicada a una condición para indicar que es necesaria, en latín condicio sine qua non.
Ejemplo de su utilización: "Que esos cables estén bien conectados, es condición sine qua non para que el artefacto funcione."
Se suele utilizar la abreviatura CSQN.
wikipedia.org

Después de todo, la definición no distaba de mi percepción del concepto. ¿Nunca les pasó eso?

viernes, 26 de junio de 2009

Casi igual, pero diferente: apóstrofe-apóstrofo

No son pocas las veces que en clase he oído la palabra apóstrofe, y siempre asumí que se refería a la cosita esa que parece un acento pero le falta la letra abajo. Estimo que mis interlocutores tenían la misma información, y todos nos entendíamos.
Sin embargo, se me ocurrió buscar qué era un apóstrofe, y ahí comenzaron los problemas. Veamos:

apóstrofe. Invocación vehemente a una segunda persona:«¡Aléjate del yo, Simón, y créeme! ¡El yo quema! (Juan Anido dejó de hablar después de este apóstrofe)»; e insulto o dicterio: «Ante el alud de apóstrofes y de ultrajes, retrocedió, temeroso, el público». Aunque en el español clásico se usaba a menudo con el género femenino etimológico, hoy se emplea exclusivamente en masculino. No debe confundirse con apóstrofo
Diccionario panhispánico de dudas - Primera edición (octubre 2005)


¡Caramba! Resulta que el símbolo al que todos nos estábamos refiriendo, era el recién nombrado apóstrofo:

apóstrofo. Signo ortográfico auxiliar en forma de coma alta (’), que apenas se usa en el español actual.

1. Como usos propios de la lengua española, se distinguen principalmente dos:

a) Para indicar, en ediciones actuales no modernizadas de textos antiguos, sobre todo poéticos, la elisión de la vocal final de determinadas palabras (preposiciones, artículos, conjunciones) cuando la que sigue empieza por vocal: d’aquel (por de aquel), l’aspereza (por la aspereza), qu’es (por que es).

b) Para reflejar, en la escritura, la supresión de sonidos que se produce en ciertos niveles de la lengua oral. Aparece con frecuencia en textos literarios cuando el autor desea reproducir el habla de personajes de escasa cultura: «Sacúdete el vestidito, m’ija, pa’que se nos salga el mal agüero».

2. Se conserva en la reproducción de nombres o expresiones pertenecientes a lenguas en las que se mantiene el uso moderno del apóstrofo, como el catalán, el inglés, el francés o el italiano: L’Hospitalet de Llobregat, O’Connor, c’est la vie, D’Annunzio.

3. Hay que evitar los siguientes usos del apóstrofo, ajenos al español, y que se deben al influjo del inglés:

a) Cuando aparece en sustitución de las dos primeras cifras de un año: ’82 por 1982. Si se desea hacer la abreviación, lo que es frecuente en la expresión de acontecimientos relevantes celebrados en ciertos años, no debe utilizarse el apóstrofo: Barcelona ’92 (Juegos Olímpicos). Basta con las dos últimas cifras del año, que pueden unirse o no con guion a la palabra precedente: Barcelona 92 o Barcelona-92.

b) Cuando se usa, seguido de una s, para indicar el plural de una sigla: ONG’s. El plural de las siglas es invariable en español: las ONG.

4. No debe utilizarse el apóstrofo para separar las horas de los minutos: las 20’30 h. En este caso, se recomienda el empleo del punto, aunque también se admiten los dos puntos: 20:30 h.

5. Tampoco debe usarse para separar, en los números, la parte entera de la parte decimal: 3’1416. En este caso ha de emplearse preferentemente la coma aunque también se admite el uso del punto: 3,1416 o 3.1416.

6. No debe confundirse con apóstrofe.
Diccionario panhispánico de dudas - Primera edición (octubre 2005)


Entonces... todos estábamos hablando mal. Concuerdo en que si todos nos entendemos de un modo, no debería ser necesario cambiar. Pero estemos atentos a que el significado puede no ser el que estamos esperando.

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martes, 23 de junio de 2009

Manzanilla dice: Tecnología... pero acompañada

Es frecuente encontrar errores ortográficos en textos transcritos mediante computadora; fundamentalmente en monosílabos y también en mayor número de sílabas.
Confiar en el corrector de la PC es un engaño para muchos. Se despreocupan porque ella les señala la dificultad ortográfica, pero no reparan en que la máquina no piensa. La máquina reconoce y acepta, sin discriminar categoría semántica de las palabras.
Para ella es lo mismo:
  • Él llegará temprano (pronombre personal)
  • El llegará temprano (artículo)
  • Regresó por la mañana (verbo, 3ª persona del singular)
  • Regreso por la mañana (verbo, 1ª persona del singular)

Y así podríamos continuar enumerando ejemplos.

Si bien la tecnología es una herramienta importante, aún no alcanza para superar la mente humana, cuando ésta es bien usada.
Aprender, pensar y aplicar según sea el caso es la manera más correcta de sacarle el mayor fruto a una máquina que nos ofrece una mano, pero necesita ayuda.

Manzanilla

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viernes, 19 de junio de 2009

Pequeñas dudas: ¿la o lleva acento?

Durante la clase de ayer me encontré con un pizarrón que ostentaba orgullosamente:
Productos ó servicios

Nótese el acento en la o. Creí recordar que había una razón para poner el acento, dado que en el uso prosaico habitual que le damos a la conjunción nunca se nos ocurriría decorarla con tan peculiar tilde. Investigué un poco, y aquí vemos la respuesta:

o2. 3. Por razones de claridad, ha sido hasta ahora tradición ortográfica escribir la o con tilde cuando iba colocada entre números, para distinguirla del cero: 3 ó 4, 10 ó 12. La escritura mecanográfica hace cada vez menos necesaria esta norma, pues la letra o y el cero son tipográficamente muy diferentes. No obstante, se recomienda seguir tildando la o en estos casos para evitar toda posible confusión. La o no debe tildarse si va entre un número y una palabra y, naturalmente, tampoco cuando va entre dos palabras:
  • Había 2 ó más policías en la puerta (correcto: 2 o más);
  • ¿Quieres té ó café? (correcto: té o café)
Diccionario panhispánico de dudas - Primera edición (octubre 2005)

Así que ya sabemos... la o lleva tilde únicamente cuando se encuentra entre números.
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